viernes, 14 de septiembre de 2007
El clave perdido
Hubo una vez, en Córdoba, un clave. Probablemente era el clave del instituto Goethe que había prestado al Teatro del Libertador. Todos éramos relativamente felices cuando ese clave sonaba, relativamente decimos, porque hay pocas cosas tan deprimentes como el sonido del clave. El entonces director de la Orquesta Sinfónica, Carlos Giraudo,lo tomó prestado en el sentido real de la expresión, probablemente para preparar alguna obra. Pero el triste destino del Maestro, fue el de enfermarse y morir en menos de una semana, sin que pudiera devolverlo al Teatro. Esa es una deuda que sus deudos (perdón por la redundancia) nunca pagaron, pues el clave jamás fue devuelto. Quien sabe, quizá el Maestro se lo llevó a la tumba...
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4 comentarios:
Ya hubos historias similares en Córdoba, con un piano del treatro San Martín. Más recientmente, un funcionario del gobierno tomó prestado cuadros de un museo cordobés para adornar su oficina. Volviendo a los pianos, ¡cuál fue el destino de los que estaban en la Escuela de Artes?
Fueron a ver Orteo, digo Orfeo, en el Aula Magna? Destrucción multimedia de una ópera.
Nunca vi algo taaaaaaaaaan mal hecho en Córdoba.
Se los juro, es tremendo.
Anonimo que fue a ver Orfeo, escribinos una critica sobre eso, nosotros no tenemos guita para pagar la entrada. Nuestro correo es loscrucificados@yahoo.com.ar
El clave fue devuelto. Esta en la facultad de ciencias exactas donde es utilizado con regularidad por la Barroca del Suquia.
Pedro Giraudo (hijo de Carlos Giraudo)
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